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Cuatro décadas después de la matanza en El Descanso: uno de los mayores casos sin resolver en España

Rescate de las víctimas del atentado que el 12 de abril de 1985 destruyó el restaurante El Descanso, en Torrejón.

Guillermo Martínez

11 de abril de 2025 22:21 h

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Apenas pasaban unos minutos de las 22.30 horas. Todo parecía normal aquel viernes en el restaurante El Descanso, situado muy cerca de la base aérea norteamericana de Torrejón de Ardoz (Madrid), en la autovía de Barcelona. Sin embargo, ese 12 de abril de 1985 pasaría a la historia como el día en que se produjo el primer atentado yihadista masivo de la historia de España. Pero el caso no se resolvió, y ni siquiera se produjo una sola detención. 

Cuatro décadas después, Luis de la Corte Ibáñez publica Un extraño atentado (Catarata, 2025), una monografía en la que desgrana los antecedentes y consecuencias de esta matanza que dejó más de un centenar de víctimas entre heridos y muertos. Además, el experto apunta que no está comprobado que se tratara de un atentado yihadista.

De la Corte, también director de Estudios Estratégicos e Inteligencia del Centro de Investigación en Ciencias Forenses y de la Seguridad de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), subraya que el contexto social general “era el de una España que estaba culminando el proceso de la Transición, pero sometida a una intensísima presión como consecuencia de un terrorismo muy variado”. La inestabilidad política venía provocada por grupos armados fundamentalmente autóctonos, como ETA o los GRAPO.

El atentado cometido en El Descanso tan solo tenía comparación con otros dos anteriores: la masacre en la cafetería Rolando de Madrid, en septiembre de 1974, provocada por ETA, y la bomba que los GRAPO pusieron en la cafetería California 47, en la capital, en mayo de 1979. “Pero este era más extraño. No se produjo en el centro de Madrid, sino a las afueras. Era un restaurante conocido sobre todo por personal militar norteamericano destinado en Torrejón y por algunos españoles que residían en la zona, y en él se cocinaban recetas al estilo californiano, como las costillas, algo no muy habitual entonces”, comenta el investigador especializado en materias relacionadas con seguridad y defensa, terrorismo, violencia política y criminalidad organizada.

Este atentado indiscriminado dejó 18 víctimas mortales y 85 heridos oficialmente reconocidos. A ellos se sumarían 12 heridos norteamericanos que fueron atendidos en la base aérea de Torrejón, algunos de ellos también fallecidos, como se descubriría este mismo 2025. “El local estaba repleto a aquella hora, incluso mucha gente esperaba para que les tocara turno en la mesa. El artefacto estuvo compuesto de cloratita y otros componentes. No fue muy potente, pero su explosión hizo que quedara dañada una viga maestra del edificio”, añade De la Corte. Se produjo tal derrumbamiento en una parte del inmueble que la mayoría de las víctimas mortales perdieron la vida por aplastamiento y no por la explosión del artefacto.

Una matanza sin ningún detenido

De la Corte, también profesor titular de Psicología Social en la UAM, denomina “extraño” a este atentado porque, a pesar de su gravedad, en ningún momento dio lugar a alguna detención. “Se identificaron como posibles implicados a dos o tres personas, pero nunca se las localizó ni se pudo comprobar que estuvieran en Madrid aquellos días”, añade el experto.

Las primeras reivindicaciones del atentado llegaron por parte de ETA y los GRAPO. Sin embargo, en el primer análisis de los expertos en antiterrorismo de la Policía descartaron estas hipótesis. “Para entonces ya se conocía un primer comunicado de reivindicación de un grupo autodenominado Yihad Islámica enviado a una agencia de noticias en Beirut (Líbano). Parecía un grupo libanés”, apunta el docente universitario. Un par de días después, llegó otro comunicado reivindicando el atentado. Esta vez lo enviaron desde Damasco (Siria) y lo firmaba Waad, que se traduce como “la promesa”, en el que dejaban claro que se trataba de un grupo palestino.

De esta forma, comenzaron unas primeras indagaciones que nunca dieron sus frutos. “En aquella época ya había cierta experiencia en terrorismo internacional en toda Europa, pero en España era muy escasa. Las policías y los servicios de inteligencia de otros países tenían un grado de cooperación menor al que conocemos hoy”, señala el escritor de la monografía.

La Policía española sí mantuvo comunicaciones con los servicios israelíes y estadounidenses para intentar arrojar algo más de luz. “A lo más que llegaron fue a obtener el nombre de varios individuos que podrían formar parte del grupo palestino, que realmente se denominaba Frente Popular para la Liberación de Palestina, de extrema izquierda y laico”, desarrolla el mismo De la Corte. Nunca se llegó a encontrar ninguna pista que permitiera alguna detención.

Un atentado contra la integración en la OTAN

El clima político también estaba algo agitado. Felipe González había arrasado en las elecciones de otoño de 1982 y eran los años de la gran controversia entre la integración o permanencia de España en la OTAN. Además, el presidente estadounidense Ronald Reagan vendría a visitar el país en mayo de 1985, apenas unas semanas después del atentado. En este punto, De la Corte recalca un detalle casual, pero significativo, tal y como él lo describe: “Frente a El Descanso estaba una fábrica muy conocida, la Pegaso, a la que se cruzaba mediante una pasarela. En ella, había colgadas sábanas con los típicos mensajes de OTAN NO y Bases fuera”.

Aquello dio lugar a una hipótesis que los medios de comunicación vertieron en las primeras informaciones sobre la posible relación de la masacre con algún grupo antiOTAN, ya que se habían producido otras acciones de este tipo en Europa mediante las que se reclamaba el fin de la colaboración con Estados Unidos. La clase política del momento no quería pronunciarse demasiado, defiende el experto. Más adelante, dieron mayor credibilidad a la hipótesis de la Yihad Islámica ante la del grupo palestino.

Sin pruebas de que se tratara de yihadismo

Este especialista en terrorismo y criminalidad organizada ha decidido dedicar la segunda parte del libro al terrorismo internacional. Lo ocurrido en el restaurante cerca de Torrejón “fue un incidente relevante dentro de una dinámica de terrorismo internacional que duró unos 15 años y que en 1985 ya estaba en declive”, sostiene. De igual manera, ese declive coincidió con el inicio de otra nueva oleada, fundamentalmente protagonizada por grupos de extrema izquierda, algunos nacionalistas, desde 1969 en la que adquirieron protagonismo los grupos palestinos que exportaron el conflicto con Israel a Europa.

Todavía a día de hoy se da cierta confusión sobre lo ocurrido en abril de 1985. De hecho, ni siquiera a nivel oficial se esclareció la autoría del atentado. “En la comisión de investigación de los atentados del 11M de 2004 se describió a la masacre de El Descanso como el gran atentado islamista sufrido con anterioridad en España”, destaca De la Corte. Incluso este 8 de abril, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha inaugurado una exposición “en homenaje a las víctimas del primer atentado yihadista perpetrado en España”.

Desde el punto de vista de De la Corte, esta hipótesis asumida con el paso de las décadas tan solo es una posibilidad. “Si fue de autoría islamista, no sería el típico actor en el que pensamos y que estaría conectado con el 11-M o el 11-S. La Yihad Islámica era libanesa y chií, cuando el terrorismo yihadista de Al-Qaeda o Estado Islámico son suníes, con una orientación muy distinta”, refleja el docente de la UAM.

De la Corte opina que es poco probable que tuviera relación alguna el atentado de El Descanso con grupos yihadistas. El caso se reabrió en 2005, cuando un testigo protegido identificó a Mustafá Setmarian Nasar, líder de Al-Qaeda y responsable de la primera célula yihadista implementada en España en los años 90, así como único sospechoso que se dio a conocer dos décadas antes. “Esto motivó un informe de la Policía en respuesta al juez que reabrió el caso y volvió a descartar esa posible relación. También repetían que no se podía probar, pero que la hipótesis más verosímil era la misma que en 1985, la del grupo palestino”, comenta el investigador.

Unas víctimas abandonadas

La última información que ha existido sobre el atentado fue publicada este 2025 en La Vanguardia. Según este medio, en el atentado murieron tres militares estadounidenses que fueron sacados de forma clandestina de entre los escombros. El artículo también apunta que no se supo nada sobre ello debido al encubrimiento que realizaron los gobiernos de España y Estados Unidos durante casi cuatro décadas.

De la Corte ha entrevistado a numerosas víctimas para realizar esta investigación. “Aquellos días se sintieron muy desamparadas. Ahora recordamos grandes manifestaciones tras un atentado, pero en aquellos años ni siquiera existían asociaciones que agruparan a las víctimas. También era un tiempo en el que se daba un atentado prácticamente cada semana, así que lo de El Descanso dio pie a dos portadas de periódicos para luego quedar relegado por otros asuntos”, se explaya el escritor.

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