Dirección: Jay Roach
Reparto: Mike Myers, Heather Graham, Michael Caine, Michael York, Robert Wagner, Beyoncé Knowles
Título en V.O: Austin Powers 3 in Goldmember
Nacionalidad: USA Año: 2002 Fecha de estreno: 27-09-2002 Duración: 94 Género: Comedia Color o en B/N: Color Guión: Mike Myers, Michael McCullers Fotografía: Peter Deming Música: George S. Clinton, Quincy Jones
Sinopsis: El doctor Maligno (Mike Myers), que se ha escapado de la cárcel junto a Mini-Yo (Verne Troyer) trata de nuevo de dominar al mundo a cualquier precio, pero tiene que resolver los problemas con su propio hijo (Seth Green). Algo así le ocurre también a Austin Powers (Mike Myers también), quien se crió de niño en la ausencia dolorosa de su padre, el superhombre de misterio internacional Nigel Powers (Michael Caine). En el bullicioso contexto del Studio 54 neoyorquino de 1975, Austin Powers se reencuentra con una antigua pasión, la tremenda Foxxy Cleopatra (Beyoncé Knowles), y ambos luchan unidos contra las Fuerzas del Mal... En medio, aparece Miembro de Oro (Myers otra vez), dispuesto a colaborar con los Maligno.
Crítica
A este cómico canadiense que se piensa británico ¿y que reúne lo mejor de los dos mundos¿ parecen gustarle las estrategias de la duplicidad en todas sus formas: el double entendre verbal, el trompe l¿oeil grosero, el fregolismo de filiación selleriana (de Peter Sellers, por supuesto), la construcción de sentido a través de la yuxtaposición intencionada... Mike Myers es, ahora mismo, el cómico más sofisticado en activo dentro de la escena cinematográfica: desde Monty Python, Mel Brooks y los ZAZ nadie había reunido en tan poco metraje tantos gags apoyados en el lenguaje y la naturaleza del medio. También es el que sabe extraer notas más diversas (y, a primera vista, inarmónicas) de la inagotable cuerda de su comicidad: un profundo conocimiento de causa del pop y sus mutaciones recorre sus trabajos, pero jamás renunciará a la eficacia de un pedo en el momento oportuno.Estaba cantado, pues, que Myers, con la complicidad de Jay Roach, iba, tarde o temprano, a aplicar ese juego de espejos y desdoblamientos sobre el conjunto de la mitología del universo Austin Powers. En esta tercera entrega, no solo Austin Powers (reflejo paródico ultralounge del cine de espías de los 60) se convierte, a su vez, en materia e inspiración de una película-dentro-de-la-película (que, ilustra, en el enmudecedor prólogo, el crecimiento del mito en el imaginario popular colectivo: un egotrip en forma de fiesta a todo lujo), sino que la naturaleza chorra de su universo imaginario efectúa un giro insospechado hacia la densificación emocional de sus habitantes. Así, el festival de humor porque sí acaba transformándose en una comedia sobre desencuentros paternofiliales y orfandades del espíritu que no renuncia a pulsar alguna nota de legítima emoción o genuina tristeza (ahí está el plano final de Scotty).El conjunto quizá se resienta, precisamente, de la familiaridad del espectador con unos personajes y maneras que tenían su mejor baza en el factor sorpresa. No obstante, las carcajadas por minuto están garantizadas. Y, también, lo más difícil de todo: la eficacia de los gags más puros, de la comicidad transparente, keatoniana, de hallazgos hilarantes como el del botellín de mini-bar (¡¡arriba Mini-Yo!!) o la puerta de la celda de seguridad (¡¡todo un highlight para el doctor Maligno!!).>>Para quienes entiendan la comedia como un menú completo, chupito incluido. Lo mejor: la contundencia de sus gags más sencillos. Lo peor: que no aparezca Marlon Brando como versión Hollywood del Gordo Cabrón.